Terreno Político

Una broma es un asunto muy serio …

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Definir a un hombre como Winston Churchill es una tarea realmente complicada. Político y estadista británico, ocupó un sinfín de puestos dentro del organigrama político inglés en diferentes momentos, desde Lord del Almirantazgo hasta Primer Ministro en dos ocasiones, pasando por diversos ministerios, y sus discursos y decisiones fueron el símbolo y timón de la nación inglesa ante la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fue escritor, pintor, orador, aventurero, soldado, periodista de guerra, amante de los gatos y bebedor profesional. Y en todas y cada una de estas facetas era excelente. Ganador del premio Nobel de Literatura en 1953 por su «maestría en la descripción histórica y biográfica, tanto como por su brillante oratoria, que defiende exaltadamente los valores humanos«, Churchill encarna a la perfección el espíritu del hombre del renacimiento; un auténtico humanista, prolífico y polifacético, que combinó luces y sombras para pasar a la historia como uno de los personajes esenciales de la historia británica. Ya sea por sus contemporáneos, por los entusiastas de su legado, o por él mismo, con pomposa flema británica, sobre Winston Churchill se ha dicho y escrito casi todo. Algunas de estas frases son solo una mínima muestra del gran genio y monumental talento oratorio de este efervescente y clarividente autodidacta embutido en un cuerpo de entrañable y simpático borrachín.

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.

 Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.

 El precio de la grandeza es la responsabilidad.

 Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro.

El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido.

Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las personas cometen los mismos errores que yo.

 Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores.

 El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.

 El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio.

 El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.

    La suerte es el cuidado de los detalles.

 Los italianos pierden las guerras como si fueran partidos de fútbol y los partidos de fútbol como si fuesen guerras.

He sacado más cosas del alcohol que las cosas que el alcohol ha sacado de mi.

  La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir.

 Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones.

 Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.

 A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada . 

 Antes tenía un mensaje que llevar; ahora ya no lo tengo… Ya no creo en un mundo mejor

 Los españoles son vengativos y el odio les envenena.

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.

 La historia será amable conmigo, porque tengo intención de escribirla.

Nancy Astor fue la primera mujer en ocupar un escaño en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico. Inconformista y polémica, fue sonada su falta de sintonía con Churchill. Cuenta la leyenda que, en una ocasión entre otras tantas en que ambos se enfrascaron en la riña, Lady Astor le espetó: «señor Churchill, si usted fuese mi marido, probablemente le envenenaría el té», a lo que Churchill respondió «señora Astor, si usted fuese mi esposa, probablemente me lo bebería»

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Churchill sentado en una de las sillas del búnker de Adolf Hitler en Berlín tras la caída del gobierno nazi

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