Salvador Dalí (1904 – 1989) es un artista e icono casi-universal que no necesita presentación: pieza clave en el desarrollo del arte surrealista en España, la actividad profesional de Dalí abarcó más de seis décadas en las que experimentó con la pintura, la escultura, el cine, la fotografía o el diseño. Otra de sus facetas más destacadas es la palabra escrita, vertiente de la que heredamos del genio catalán una amplia variedad de ficción, ensayos o poemas.
Una de las características centrales y definitorias de la personalidad de Salvador Dalí es su elevado grado de amor propio – en sus propias palabras: «a los seis años quería ser cocinero; a los siete, quería ser Napoleón. Y mi ambición ha seguido creciendo a un ritmo constante desde entonces».
Además de en su trabajo, por suerte para todos, tenemos otros vehículos que nos permiten apreciar el alcance de la mente y la imaginación de Salvador Dalí, y uno de estos medios es el que nos ocupa hoy: los diarios personales de Dalí, Diario de un genio.
En esta majestuosa publicación, el lector encontrará el diario personal que el artista catalán registra entre los años 1952 y 1964. Cabe reseñar que el autor alterna periodos de constante actividad, con etapas en las que no escribe en absoluto. Así, nos encontramos con varias publicaciones en un corto lapso temporal que dan paso a largas temporadas sin actualización. No podemos decir que esta inestabilidad no era de esperar, tratándose de quién se trata, ¿no?
Tampoco debe el lector esperar ningún tipo de hilo conductor o, incluso, voluntad de tener sentido. Este libro es un reflejo honesto de la mente de un creador impulsivo e innovador, y una oportunidad de comprender un poco más acerca de sus procesos mentales y creativos, así como de las más profundas obsesiones, aspiraciones o impresiones de Dalí. En última instancia, Diarios de un genio es testamento de la mezcla única de elementos contrapuestos que dan forma a la obra del artista español.
Como prueba de su carácter desordenado, el lector podrá abrir una página al azar y disfrutar de un pequeño tesoro en cada intento, sin importar el orden en que desee llevar a cabo la lectura del libro. Ejemplo práctico:
«Si hubiera pintado bien toda mi vida, nunca hubiera podido ser del todo feliz. Ahora me parece haber alcanzado el mismo grado de madurez que Goethe cuando llegó a Roma y exclamó «¡Al fin voy a nacer!»»
Más allá del constante bombeo de pequeñas perlas en forma de reflexión puntual sin contexto aparente, Dalí elabora este diario con la intención de que algún día sea publicado para el gran público: es por este motivo por el que el artista se embarca continuamente en disertaciones para transmitir al lector la imagen que desea transmitir. De la misma manera, este diario nos permite conocer muchos más detalles acerca de alguno de los episodios más interesantes y ocultos de la vida del genio, como sus recuerdos de juventud en la residencia de estudiantes de Madrid junto a otros gigantes de la historia artística española como Buñuel, Alberti o Lorca, su relación con el régimen franquista y algunos de los proyectos relacionados con este que no llegaron a colación, o su íntima relación con su musa Gala.
Diarios de un genio no tiene un ápice de clickbait: un testamento a la locura/genialidad de uno de los artistas mas cool de nuestro pasado reciente, en sus propia, nada imparcial, y descabellada opinión. Insuperable.
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