Barrio de las letras

History Cool Books 50×50 #37 – Marco Aurelio, Meditaciones

Marco Aurelio (121 – 180) fue un emperador romano y uno de los principales precursores de la filosofía estoica. Considerado como uno de los denominados (por no otro que Nicolás Maquiavelo) Cinco buenos emperadores, Marco Aurelio fue el último de un grupo de dirigentes que guiaron al Imperio Romano a través de una época de esplendor, desarrollo y estabilidad sin parangón, y que, en palabras del autor italiano «no necesitaron de una cohorte pretoriana ni de una numerosa legión de soldados para protegerles – puesto que se defendían a través de sus vidas ejemplares, la buena voluntad de su pueblo, y la unión con el senado».

Marco Aurelio asciende al poder en Roma en el año 161, y lo mantendrá durante casi dos décadas, hasta el momento de su muerte. Apodado el «rey filósofo» durante su mandato, también se destacó por sus éxitos militares en Partia y su eficacia en la defensa ante las invasiones puntuales de las tribus germánicas, así como por su buena relación con el Senado Romano, que siempre fue, no sólo consciente, sino también partícipe de las decisiones de un soberano que, dada su posición, no les debía mayores explicaciones. Sin embargo, como ya mencionamos, el legado principal de Marco Aurelio reside en su devoción por el conocimiento y el aprendizaje, en su modo de vida sobrio y sin excesos, y en su carácter intachable y conducta impoluta.

Meditaciones es una colección de escritos personales de Marco Aurelio redactados durante sus años como emperador de Roma. El dirigente y filósofo elabora los textos que componen la obra con la única intención de tenerlos a mano para su uso como guía y referencia a la hora de gobernar el imperio, y como vehículo para el crecimiento personal. Parece improbable que la intención de Marco Aurelio fuera la de que estos textos fueran eventualmente publicados y puestos a disposición de las masas. La estructura y el formato de los escritos, una serie de anotaciones y reflexiones puntuales que varían en dimensiones (desde una simple frase hasta varios párrafos), así parecen confirmarlo.

Como muchos de nosotros, que sentimos el impulso de anotar y dejar constancia de algunos de los pensamientos e ideas que más nos impresionan, y que creemos resultarán convenientes recordar en ocasiones futuras, Marco Aurelio acostumbraba a dejar estas impresiones registradas para tomarlas en cuenta cuando fuese necesario y poder actuar con la mesura y el raciocinio que caracterizaron su mandato. Es este uno de los puntos claves para entender el valor de esta obra, y uno de los elementos que la dotan de su honestidad, desprendida de la necesidad de adornos narrativos o recursos literarios – el autor nunca elaboró estos escritos con la mente puesta en la futura recepción o interpretación de ningún lector potencial. Esta es la más veraz y auténtica prueba de la filosofía personal de uno de los hombres mas excepcionales de la historia, a través de las palabras que él mismo consideró como suficientemente importantes como para basar en ellas su estilo de vida y de gobierno.

Marco Aurelio, que fue educado en su juventud en el arte de la oratoria y el debate, y desarrollaría más tarde unos estudios centrados en la jurisprudencia, se formó en los principios de la filosofía estoica de la mano de algunos de los grandes maestros originales de la doctrina, como Apolonio y, sobre todo, Quinto Junio Rústico, senador del imperio y heredero de una tradición de filósofos estoicos que ejercían una oposición manifiesta al gobierno de algunos de los peores emperadores de Roma durante el siglo I, como Nerón. Marco Aurelio agradece a Quinto Junio por rescatarle del mundo de la oratoria y enseñarle «a no ser dirigido hacia el entusiasmo o la retórica, ni escribir acerca de asuntos especulativos, ni dar discursos sobre temas moralizantes … A evitar la oratoria, la poesía, y la escritura ‘exquisita'». Marco Aurelio se mantendría un estudiante toda su vida, acudiendo incluso a recibir lecciones con otros maestros de la filosofía estoica incluso después de haber alcanzado una edad anciana.

La filosofía estoica, una rama del conocimiento fundada por el filósofo griego Zenón de Citio en el siglo III AC, es una doctrina de ética personal que nos enseña a poner el foco sobre los elementos que podemos controlar, y a no perder el tiempo dedicando energía a todo lo que escapa a nuestra voluntad. Nos enseña que no es cuestión de tener más, sino de necesitar menos. Nos enseña a renunciar al extremismo y la tiranía de nuestras propias emociones, aprendiendo a tomar distancia de nuestros procesos internos, y apostando por la lógica y una visión clara frente al torbellino que tan pronto nos lleva al cielo como al infierno. Nos enseña a identificar el deseo, el placer y la evitación del dolor como las causas principales del sufrimiento humano, y a apostar por la virtud, definida como la cualidad suprema dentro de la filosofía estoica, como nuestro modo de vida, a través de la sabiduría, el coraje, la disciplina y el auto control, y la justicia.

Marco Aurelio personifica de manera profunda los principios del estoicismo, y ejemplifica de manera práctica la manera de construir una vida acorde a ellos en esta obra. Imaginen a un emperador romano, el hombre de facto más importante y poderoso sobre la faz de la tierra, con una cantidad infame de lujos y excesos de todo tipo al alcance de su mano en cualquier momento, eligiendo en su lugar una vida de contemplación, reflexión y estudio. ‘Noble’ y ‘admirable’ son dos de los primeros calificativos que vienen a la cabeza para describir la figura de uno de los hombres clave en la historia de la filosofía estoica y la formación de la identidad del viejo continente.

La primera referencia escrita sobre estos textos data del S XX, cuando fueron mencionados como «Los escritos de Marco Aurelio para sí mismo». Desde entonces, los textos del rey filósofo han iluminado el camino de amantes del conocimiento, dirigentes políticos, o estudiosos de la historia en general. Está considerado como una guía teórica, práctica, espiritual y conceptual esencial para crear y mantener un gobierno justo, y muchos de los más grandes filósofos de nuestra historia reciente, como Johann Goethe, citan Meditaciones como uno de sus libros de referencia. El eco del estoicismo ayuda a configurar, por similitud o por contraposición, los cuerpos centrales de las corrientes filosóficas que se desarrollan en Europa desde la época final del Imperio Romano hasta el momento presente, casi dos milenios después. Casi dos milenios después, decimos, y las palabras de Marco Aurelio siguen tan vigentes como en el momento mismo en que decidió sentarse a escribirlas, sin pretensiones de compartirlas con nadie. Quién se lo iba a decir.

Texto de Tarek Morales para History Cool Books

Similar Posts

Deja una respuesta