Séptimo Arte

Secundarios de Primera: Jason Flemyng

El cine y la televisión son dos espacios donde, como en tantos otros sitios, reina la jerarquía. Las miradas, los halagos y también las críticas suelen recaer en los protagonistas de la historia. Pero esto no quiere decir que una buena peli o una gran serie se apoye únicamente sobre los hombros de sus leading roles.

Como los cimientos de un edificio, el casting de actores secundarios debe cumplir la función de dar una base sólida para que los elementos más brillantes puedan sobresalir. Y por eso, para el ojo analítico, siempre hay atención especial dedicada a ellos.

Con anterioridad hemos cubierto la carrera del genial John Cazale, y hoy volvemos con otra bestia de la pequeña y gran pantalla. Otro de esos secundarios de lujo que se convierten en clásicos del género. Reconocibles al instante para toda una generación. Lejos de los titulares, pero bien valorados por los que ven el séptimo arte como algo más que banal entretenimiento.

Jason Flemyng nació en Londres en 1966, hijo del director escocés Gordon Flemyng. De casta le viene al galgo, y comenzó a actuar tan pronto como pudo. Ya en los ochenta se enlistaría en las filas de instituciones como el National Youth Theatre, la London Academy of Music and Dramatic Art, o la Royal Shakespeare Company (‘a good way to pick up girls’, como confesaría unos años más tarde).

Jason recibiría su primer rol para televisión en 1991, y su primer papel en la gran pantalla en 1994. Y desde ahí, un no parar. Con más de 70 películas y más de 30 papeles en televisión, estamos ante un auténtico animal de la industria.

El actor británico ha trabajado con y para lo mejorcito de las tres últimas décadas. François Girard, David Fincher o Bernardo Bertolucci. Samuel L. Jackson, Brad Pitt o Sean Connery. Mean Machine, The League of Extraordinary Gentlemen o The Curious Case of Benjamin Button. Directores, actores y películas de renombre en un currículum plagado de visitas a Hollywood, pero también de películas independientes. Como nota curiosa, Flemyng ha realizado tres films en lengua francesa, un idioma que domina con fluidez.

Pero quizá las pelis que más asociamos con este actor nacen de la colaboración con uno de los mejores directores británicos de las últimas dos décadas. Lock and Stock and Two Smoking Barrels y Snatch son dos obras de culto y estandartes de un género, la comedia negra británica, que representa el espíritu de la sociedad inglesa de los 80 y 90.

Guy Ritchie es capaz de armar un brillante reparto coral (que incluye, además de a Flemyng, a Jason Statham, Steve Mackintosh o Dexter Fletcher) para sorprender al mundo con Lock and Stock en 1998. La cinta cuenta la historia de un grupo de descerebrados que planean un robo para saldar una deuda. Como corresponde, todo se tuerce bastante.

Con la aparición estelar de iconos de la Inglaterra más golfa, como el ex-futbolista Vinnie Jones o la leyenda underground ‘The Guv’nor’ Lenny McLean, la cinta fue un éxito instantáneo a nivel nacional e internacional. Lock and Stock está incluida en cualquier lista de mejores películas británicas de la historia que merezca la pena revisar.

Dos años más tarde, Guy Ritchie aprovecha la inercia y vuelve a la carga con Snatch. En esta ocasión, Jason Flemyng está acompañado por Brad Pitt y Benicio del Toro, entre otros. Repiten Statham (amigo personal de Flemyng y con quien también trabajaría luego en Transporter 2) y Vinnie Jones en una cinta que entremezcla dos historias.

Ambas narrativas incluyen a la flor y nata de la sociedad. Traficantes de armas, ludópatas, gangsters y demás arquetipos de gentuza del tres al cuarto dan forma a una cinta que baila al ritmo marcado por Lock and Stock. Otro éxito instantáneo y otra obra de culto para Guy Ritchie y Jason Flemyng.

Jason Flemyng ha alternado el cine y la televisión durante toda su carrera. Sin embargo, en los últimos años parece haber dado un giro significativo hacia la pequeña pantalla. El auge de las plataformas de contenido en streaming representa una oportunidad de cambio para la industria.

Cada vez se dirige más presupuesto y empeño a la producción de series, mini-series o documentales. Mientras, la industria del cine parece haberse dividido entre mega-producciones alocadas y repetitivas, y una piscina inabarcable de talento independiente a nivel global.

En 2019 Jason Flemyng recibe el papel protagonista en la serie americana de Epix, Pennyworth. En 2020 es de nuevo protagonista en Two Weeks To Live, una producción de Sky UK y HBO Max. Y en 2023 verá la luz A Town Called Malice, el tercer y último (por ahora) papel principal del actor londinense.

Creada para Sky UK, la serie narrará la historia de una familia de criminales británica que se traslada a la Costa del Sol española en la década de los 80 para llevar a cabo un golpe. Merece la pena señalar que, al igual que la trama, gran parte de la producción ha tenido lugar en España. Más concretamente, en Tenerife.

En A Town Called Malice, Jason Flemyng encabeza un reparto que mezcla jóvenes actores y veteranos curtidos ante las cámaras. Se trata de una serie que busca recrear un universo y hacer un guiño al género que elevó al actor a la fama. La comedia negra británica está de vuelta.

Nunca es tarde para aprender algo nuevo. Ni para plantar una semilla. Cuatro décadas en la industria, que se dice pronto, ha tenido que palmar el bueno de Jason para acreditarse merecedor de un papel protagonista. Van tres y subiendo para un actor que ha sabido rejuvenecer su perfil, y que parece estar a las puertas de la mejor etapa de su carrera. Quizá la última, pero también la que más le puede hacer brillar.

Jason Flemyng tiene las cualificaciones. Parece estar a las puertas del gran salto. James Gandolfini, Bryan Cranston o Christoph Waltz también tuvieron que esperar su turno, pero aprovecharon su oportunidad. A Town Called Malice pretende colocar a Flemyng en la misma categoría.

Como el buen vino, los buenos actores mejoran con los años. Ajenos a modas pasajeras, un buen actor debe continuar profundizando en lo que le hace único. Experiencia, carisma, habilidad. Opportunity meets preparation. Perro viejo sí aprende trucos nuevos. Es la hora de Jason Flemyng.

Texto de Tarek Morales

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