Hoy, 10 de abril de 2015, se cumplen 45 años de que Paul McCartney anunciara la separación del grupo más influyente de la historia, The Beatles.
La muerte del quinto beatle Brian Epstein, la intromisión progresiva de Yoko Ono en las decisiones de la banda, el resentimiento de George Harrison por su rol secundario a la hora de componer las canciones, el desgaste de McCartney, las inclinaciones personales de cada uno hacia nuevas tendencias muy diferentes entre sí, la desfragmentación plasmada en The White Album (‘cuatro álbumes en solitario en uno’, se dijo entonces en la Rolling Stone), y, en definitiva, la dificultad y el mal ambiente evidente en cada sesión de grabación durante los años finales de la década de los 60 acabaron por destruir la armonía y la unidad en la histórica banda. La última aparición conjunta del grupo fue la famosa y emblemática actuación en el techo de las oficinas de Apple Corps en Londres el 30 de enero de 1969.
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Derek Taylor, el relaciones públicas del grupo en aquella época, opinaba de esta lacónica y solemne manera sobre la ruptura de la banda.
“Llegó la primavera, Leeds juega contra Chester mañana, y Ringo, John, George y Paul están vivos, sanos y viviendo en paz. El mundo aún sigue girando, nosotros también, y ustedes también. Cuando la rotación se detenga, será momento de preocuparse. No antes.”
