Barrio de las letras

History Cool Books 50×50 #36 – Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas

Suzanna Arundhati Roy (1961) es una escritora y activista india involucrada en movimientos en favor de los derechos humanos y la lucha medioambiental.

Roy dio sus primeros pasos en el universo artístico en el cine a finales de la década de los años ochenta y principios de los noventa, participando como actriz en algunos films dirigidos por su entonces marido, el cineasta independiente Pradip Krishen. En 1997 publica su debut literario con la obra que nos ocupa hoy, El dios de las pequeñas cosas, que se convierte de manera casi instantánea en un éxito de crítica y ventas a nivel internacional.

En esta novela, Roy se lanza a explorar algunos de los temas centrales que conforman la identidad de la nación india – su historia política, el sistema de castas y la discriminación social, o el rol de la mujer en una sociedad marcadamente misógina. Mientras que muchos especulan con la presencia de elementos autobiográficos en la narración, que viaja continuamente entre los dos momentos centrales de la obra – el primero es la separación de dos hermanos gemelos cuando son unos niños, y el segundo cuando vuelven a reunirse a los 31 años – quizá sea algo totalmente irrelevante para el mensaje que la autora intenta transmitir, que no es otro que el de elevar la voz de alarma y poner el foco sobre una serie de problemas endémicos de esta comunidad milenaria. Todo esto con un estilo irónico y libre de artificios innecesarios, que hacen de esta lectura un auténtico placer a varios niveles – desde el repaso a las singularidades más peculiares de la sociedad india, hasta la reflexión propuesta acerca del valor de las pequeñas cosas y su incalculable trascendencia a través de las relaciones entre los personajes y sus desavenencias.

El dios de las pequeñas cosas le valió a Arundhati Roy el prestigioso Booker Prize del año 1997, así como un reconocimiento mayoritariamente positivo en la crítica internacional, especialmente en Estados Unidos. No así, como no podía ser de otra manera dado el ligero carácter ácido de la novela, en su patria natal. Roy tuvo que defenderse frente a acusaciones que tachaban la novela como obscena y excesivamente sexual. Vale la pena mencionar que la obra fue incluida en la lista de las «10 mejores novelas asiáticas» elaborada por el diario británico The Telegraph en 2014.

Roy no volvería a publicar otra novela hasta dos décadas después. Su segunda obra, El ministerio de la felicidad suprema, ve la luz en el año 2017 con muy buena acogida crítica y le vale, una vez más, para posicionarse en un lugar de privilegio a la cabeza de las listas de los libros más vendidos. Entre una novela y otra, Roy ha estado centrada en defender diversas causas sociales que requerían de su atención.

Activa y polémica en los medios y las redes, y protagonista continua en actos y conferencias a lo largo y ancho del globo, Roy ha sido abanderada de la legitimidad del movimiento por la independencia de la región de Cachemira, en el norte de la India. De la misma manera, se ha mostrado crítica con el desarrollo del programa nuclear por parte del gobierno indio, así como con el ataque de Israel a El Líbano en 2006, las políticas racistas, discriminatorias y, supuestamente, genocidas, del gobierno de Sri Lanka con los miembros de la minoría Tamil en 2009, y el ascenso al poder de Narendra Modi como primer ministro de la India en el año 2014.

Uno de sus episodios más célebres tiene lugar cuando participa de un proyecto documental en el año 2010 para poner la atención de la población sobre la insurgencia naxalita, una guerrilla maoísta declarada como organización terrorista, activa en el oeste y suroeste de la India, y que manifiesta defender la lucha en favor de los derechos de las comunidades rurales de la región, pero que en la práctica lleva a cabo un control territorial a base de violencia y extorsión. Una cuestión tremendamente compleja y delicada, sin duda, que mantiene a la misma población india dividida, encontrándose un apoyo manifiesto a la lucha en muchas de las comunidades donde la guerrilla naxalita está presente. De hecho, este incidente le ha valido a Arundhati (aún más) enemigos dentro del gobierno y la prensa de su país.

Entre tanto alboroto, Roy ha venido manifestando, durante todos estos años que separan sus dos trabajos narrativos, estas y muchas otras opiniones y puntos de vista de importancia social y política con ensayos y artículos periodísticos. Algunos de ellos han sido recopilados y publicados para facilitar al lector la oportunidad de conocer más de una de las voces principales de la comunidad india internacional, más allá de sus trabajos de ficción. El álgebra de la justicia infinita (2001) es una colección de ensayos que abarcan desde la realidad política de la India hasta la influencia de las multinacionales en las decisiones de los gobiernos a nivel internacional; de la misma manera, Mi corazón sedicioso (2019) es otra recopilación de carácter similar que agrupa muchos de los pensamientos y ensayos más interesantes de Roy en el espacio de dos décadas.

Si la literatura es la voz de un pueblo, como decía Delibes, entonces precisa de autores como Arundhati Roy (o Miguel Delibes, ya que estamos) para dotarla de amplitud y volumen. De escritores que mantengan a la vez la precisión y la honestidad necesaria a la hora de retratar la cultura propia, y la trascendencia y la riqueza que hagan de este retrato una experiencia universal. ¿Y qué mejor herramienta para conseguir este objetivo que poner el foco sobre las pequeñas cosas?

Texto de Tarek Morales para History Cool Books

Similar Posts

Deja una respuesta