Estío, eternamente joven
Pasaba corriendo con una antorcha en cada mano
Yo iba detrás intentando alcanzarla (no sabes la de veces que se me ha escapado)
El verano como motivo para dejar respirar los cuerpos y permitir al pelo sus ondas naturales; como excusa para soltar las riendas un rato
Como obligación, disfrutar del buen tiempo; prohibido ser pálida entre los dorados
Hora de decir adiós
Te deseo cerezas y sandía, sin pensar en la tristeza
Todo al sol sana más rápido
Hace años de la última hoguera que salté y no sé cuándo será la próxima, tengo un montón de deseos en un papel, y no he podido quemarlos
Antes me lamentaba cada noche de San Juan que pasaba en Madrid, pero, aún lejos del mar, veo el faro
Paso por las estaciones sin sentir que me estoy perdiendo algo, a mi ritmo, en lugar de dejar que pasen por mí
Y voy por la ciudad vestida de blanco.
Texto de Daniela Schiriak (@danielaschiriak)